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Mientras preparaba un poco de café, esta rusa delgadita vio como llegaba su chico a la cocina y empezaba a meterle mano. Ella se dejó llevar y al ver como el ambiente se iba caldeando, decidió seguirle el juego y terminó quitándose la ropa allí mismo. No esperaron a pasar al dormitorio para estar más cómodo, sino que allí mismo y sobre una silla, le dejó hasta probar su culito en una follada anal que la chica disfrutó por todo lo alto.