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Tener una madrastra como Jodi West debe de ser complicado para este chico, que no para de mirarla e incluso hoy la provoca para intentar llevársela a la cama. Ella lo contiene lo que puede, pero al final termina abierta de piernas en la cama y gimiendo de gusto mientras el hijo de su marido le come el coño. Sin duda el chico sabía lo que estaba haciendo y ella se lo pasó en grande, hasta gozar de su rabo durante un buen rato y dejándole llenar de lefa su cara y sus pechotes.