Analbeso negroculos abiertositalianaspollas grandes
Mientras la joven italiana Sara Bell se entretenía con la lectura, su chico llegaba a casa e iba directo al ordenador, para terminar un pequeño trabajo que le quedaba pendiente. Al terminar quiso hacerle compañía a la morena y en pocos minutos, logró distraerla de su libro y los dos pasaron a quitarse la ropa. Ella le regaló un beso negro y luego le puso su culito en bandeja, para que se lo follase sin descanso a cuatro patas y esperando saborear su lefa para terminar.