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Un día más Giselle Palmer fue al gimnasio y le pidió a su entrenador personal que le diese unos cuantos consejos. Mientras le decía como debía hacer esas posturas para calentar, el tipo no pudo evitar ocultar el empalme que llevaba encima y al final, se le escapó su rabo de sus pantalones. La rubia se quedó asombrada al verlo y como vemos, decidió parar para probarlo allí mismo. Al final terminó sudando la gota gorda, aunque en este caso fue con un polvazo que los dos disfrutaron y mucho.