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Mientras esperaba a su pareja, la japonesa Marica Hase se relajaba en la cama leyendo una revista. No estuvo mucho tiempo leyendo, ya que nada más verle entrar al dormitorio, empezaron a besarse y a hacer guarradas juntos. Se quitó el kimino y se la chupó de rodillas, hasta ponerse a cuatro patas y dejarle penetrar su culito oriental a fondo. Y es que lejos de otras asiáticas, esta morena es una golfa y nunca rechaza una buena oportunidad de ser perforada a fondo y si es por detrás, mucho mejor.